El 11 de Septiembre

Van a ser 8 años. Ocho rápidos años en que partiste sin dar muchas explicaciones. Ocho lentos años que cada día me pesan más. Escogiste una fecha casi simbólica, de tus tiempos de militante universitario. Escogiste el peor momento para irte, para dejarnos llenas de angustias, deudas impagas y una cama de hospital vacía. Y preguntas. Millones de preguntas.
¿no podías esperar un poco más? ¿no pudiste luchar una última batalla?
Tuve rabia. Mucha rabia. porque no hay día en que no me acuerde de tí. porque no hay día en que no me pese tu silencio, que ya no tengo a quien preguntarle wevadas de minos, cosas de la vida, misterios sin resolver. ya no llega todas las noches el ruido de tu auto con g.i. t en la radio a todo chancho, ya no hay gritos en la casa, nadie juega con las migas del pan en el individual y ya no sé que fue de tu colección de zapatos rojos, morados, amarillos y verdes.Otras te odié por dejarnos tan pendejas, tan perdidas, tan torpes. Por tener que alimentar a la nico de recuerdos que apenas recuerdo y hacerle todo un mundo con tus cosas, porque no tienen idea quien eres tú. solo sabía que eras un angel que ya no está. y lo veo en sus ojos, en sus ojeras infinitas y oscuras, en sus aletargados silencios. no sabe quien eres, no lo sabrá nunca. como tampoco lo sabrán mis hijos, tus nietos. no te conocerán. como tampoco me llevarás al altar, una wevada, pero que vá, no pasará. y como eso Si es real, me caigo y me dá pena, porque no creo en eso,porque ya no entré a una iglesia, pero me habría gustado que fuera contigo, yo, con una sonrisa eterna y tú con una corbata llena de colores y rayas.
Te odié porque vi a mi vieja encienciéndote velas como a un santo y llenando la casa de tus fotos. no se nos fuera a olvidar tu cara. Aún amándote ella, esperando que llegue su hora para encontrarse contigo en la eternidad. y llenándonos de deudas, escondiéndonos de los cobradores, pasando a la clandestinidad. te odié porque esa puta jamás nos dejó en paz. porque alegaba y reclamaba sus derechos mal avenidos y tú no estabas, no estabas para defendernos o para mantenerla a raya. y mi vieja callaba y nosotras callábamos. porque la pena era otra. el dolor era otro.
y ahora ya van ocho años en que nos vemos en un cementerio y notar con amargura, que nadie más lo hace. ¿pero sabís? es casi una terapia para mí ir, me siento y me fumo un cigarro en tu honor, y te hablo, y te cuento, y te pongo al día en los últimos sucesos acontecidos. y te prendo inciensos y creo, incluso a veces, que ya estamos reconciliados.
porque hasta sueño contigo: que llevas alas en los tobillos, que vas en un auto blanco con dados y asientos rojos en otro. que traes un traje de batman en otro y que me abrazas fuertemente mientras un meteórito destruye la tierra...

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