2019 fin de la década
Listas, selecciones, momentos, vivencias, tenía todo ordenado cronológicamente en mi cabeza,
dividido en dos semestres, en estaciones del año hasta en días y sus noches.
Vino el lobo y se lo comió...
Junio abrió una fisura, agrietó la tierra y había que saltar al otro lado o caer en un foso oscuro y profundo.
el eclipse vino a poner gafas en los ojos pero los abrió tanto que fue imposible volver a cerrarlos.
Y vino el desfile de encuentros y despedidas, de soltar (una vez más) pero en esta pasada transitando del orgullo mal administrado al agradecimiento mas sensato. Con enojo, si pueh, si una es humana, despojarse del slogan "hay que dar la lucha por lo que uno ama" y emprender el vuelo con una sonrisa y después contener las ganas de ir a quemar basureros.
Para después dejar que todo siga su cauce y no perder jamás la capacidad de asombro y rearmarse.
Dejar de pedir, esperar. Este segundo semestre multiplicado por 1 millón, vivir el día a día, acercarse a los queridos, levantar las cacerolas y los puños, detestar a los gobernantes de forma real y argumentada, olvidarse de hacer planes inmediatos, hacer carne el presente y asumir estar mal, confundidos, dejarse llevar por el vaivén del incierto futuro.
La música siguió regalando momentos únicos, renunciar sin dolor al no tener nada estable en lo laboral y al "éxito" de ser alguien que tiene y hace.
Descubrir nuevos formatos de amor, mantener algo del clásico contigo pan y cebolla y abrir nuevamente las puertas a compartir -después de 7 años- el día a día, las cuentas y las rutinas.
Pasan 10 años y no se sabe dónde quedaron los otros, hay pequeñas fotos de momentos y las cicatrices, el dolor de huesos que dejó el crecimiento.
Más madurez? más sabiduría?
Si y no, porque queremos seguir siendo niños y no claudicar en creer que viene algo mejor, diferente sin ir tan lejos.
Númericamente termina una década,
Anímicamente termina un año particularmente bueno pal porrazo y los cachamales (hasta pensé en el mal de ojo),
Para todos, acá y allá, con o sin color, bandera y tendencia.
Porque como canta el trovador Américo: "Que levante la mano" a quien le tocó rudo este 2019.
dividido en dos semestres, en estaciones del año hasta en días y sus noches.
Vino el lobo y se lo comió...
Junio abrió una fisura, agrietó la tierra y había que saltar al otro lado o caer en un foso oscuro y profundo.
el eclipse vino a poner gafas en los ojos pero los abrió tanto que fue imposible volver a cerrarlos.
Y vino el desfile de encuentros y despedidas, de soltar (una vez más) pero en esta pasada transitando del orgullo mal administrado al agradecimiento mas sensato. Con enojo, si pueh, si una es humana, despojarse del slogan "hay que dar la lucha por lo que uno ama" y emprender el vuelo con una sonrisa y después contener las ganas de ir a quemar basureros.
Para después dejar que todo siga su cauce y no perder jamás la capacidad de asombro y rearmarse.
Dejar de pedir, esperar. Este segundo semestre multiplicado por 1 millón, vivir el día a día, acercarse a los queridos, levantar las cacerolas y los puños, detestar a los gobernantes de forma real y argumentada, olvidarse de hacer planes inmediatos, hacer carne el presente y asumir estar mal, confundidos, dejarse llevar por el vaivén del incierto futuro.
La música siguió regalando momentos únicos, renunciar sin dolor al no tener nada estable en lo laboral y al "éxito" de ser alguien que tiene y hace.
Descubrir nuevos formatos de amor, mantener algo del clásico contigo pan y cebolla y abrir nuevamente las puertas a compartir -después de 7 años- el día a día, las cuentas y las rutinas.
Pasan 10 años y no se sabe dónde quedaron los otros, hay pequeñas fotos de momentos y las cicatrices, el dolor de huesos que dejó el crecimiento.
Más madurez? más sabiduría?
Si y no, porque queremos seguir siendo niños y no claudicar en creer que viene algo mejor, diferente sin ir tan lejos.
Númericamente termina una década,
Anímicamente termina un año particularmente bueno pal porrazo y los cachamales (hasta pensé en el mal de ojo),
Para todos, acá y allá, con o sin color, bandera y tendencia.
Porque como canta el trovador Américo: "Que levante la mano" a quien le tocó rudo este 2019.