Ama a tus quiebres como a ti mismo....
Los quiebres son a las personas, lo que los sunamis (olvidé como se escribe) a las apacibles costas de nuestro siniestro mundo.
Son inevitables, avasalladores. Llegan sin previo aviso, dejan la cagada y se van como si nada. Un mal invitado a tu fiesta, un personaje non grato que debes dejar entrar porque ya no hay nada que hacer.
Los quiebres - al igual que los sunamis - son irremediablemte invasivos. Desconoces cuando llegan y cuando abres los ojos, consigues recojer un poco de aire...ya estás con el agua hasta el cuello. Te mantienes flotando, a la deriva, entregado al 100, por que no deja tiempo, no se les puede hacer frente.. (¿y voh a quién le hai ganao?) esperando, esperando, ¿esperando qué?...nada..todo. Incertidumbre: no saber que crestas viene.
El quiebre es un porrazo, un conchazo a nuestro frágil equilibrio emocional. ¿Qué incidencia, que responsabilidad podemos tener para que ocurran?, no sé, más de las que estamos dispuestos a aceptar, supongo, pero ocurren y eso es así. Tantan. No hay devolución de las entradas porque la película es mala. Del porrazo tenís que aprender, te tenís que parar, salir adelante, "a flote", moverte, porque la vida sigue, pero.. ¿realmente aprendemos? ¿qué es lo que hay que aprender?
Habemus muchos que caemos y reincidimos con el mismo peñazco una y otra vez...
Anoche en la reunión del "proyecto secreto" un loco decía que los quiebres pueden traer cosas buenas o malas.. ya, perfecto, y nada, no se puede saber, porque es la dinámica del destino. Es la mística del aprendizaje, una cajita de pandora.
Debe ser porque no me gusta sufrir. Le hago el quite. Me arranco de cualquier "sospechoso momento de felicidad", porque en cualquier momento vendrá...EL SUNAMI. (la Javo, en un sueño que tuvo, me rescató de uno), y con eso el caos, la angustia, los porrazos y la reposición de rigor: "Hay que rehacerse nuevamente", " empecemos de cero otra vez"...
Pendejadas. mmm ,demás, a estas alturas he pasado por más de un sunami y sigo viva, entera, hasta más choora. Coqueteando muy de cerca con los paradigmas más acérrimos, pero más buena que un pan...
Pero los quiebres y sus sinónimos, derivaciones y multiplicaciones son encantadores, atractivos. Como el típico mino que te hace pésimo pero te envuelve en sus redes seductoras (¿?). Hay que romper huevos para hacer tortillas, hay que romper esquemas, quebrar estructuras. bailar con la fea, tocar fondo, llegar al techo..porque hay que huir de lo plano, de lo parejo, de lo polight. De que si lo hacen todos está bien... no poh. Me niego profundamente!!! basta de uniformidades, déjemos de correr tupidos velos.
MMM.. ya, a los adoles-centes les puedes vender todas esas frasecillas. Pero igual, no le quitemos crédito, no nos gravicemos porque ahora tenemos "otras preocupaciones". Hay que seguir en la búsqueda, mostrar lo que hay dentro. Chasconearse un poco..
curioso: pero cada vez que lo he hecho, me he agarrado más de algún anticuerpo.
en fin. El proyecto es el "Quiebre" y ojalá a sí sea.
amén.
Son inevitables, avasalladores. Llegan sin previo aviso, dejan la cagada y se van como si nada. Un mal invitado a tu fiesta, un personaje non grato que debes dejar entrar porque ya no hay nada que hacer.
Los quiebres - al igual que los sunamis - son irremediablemte invasivos. Desconoces cuando llegan y cuando abres los ojos, consigues recojer un poco de aire...ya estás con el agua hasta el cuello. Te mantienes flotando, a la deriva, entregado al 100, por que no deja tiempo, no se les puede hacer frente.. (¿y voh a quién le hai ganao?) esperando, esperando, ¿esperando qué?...nada..todo. Incertidumbre: no saber que crestas viene.
El quiebre es un porrazo, un conchazo a nuestro frágil equilibrio emocional. ¿Qué incidencia, que responsabilidad podemos tener para que ocurran?, no sé, más de las que estamos dispuestos a aceptar, supongo, pero ocurren y eso es así. Tantan. No hay devolución de las entradas porque la película es mala. Del porrazo tenís que aprender, te tenís que parar, salir adelante, "a flote", moverte, porque la vida sigue, pero.. ¿realmente aprendemos? ¿qué es lo que hay que aprender?
Habemus muchos que caemos y reincidimos con el mismo peñazco una y otra vez...
Anoche en la reunión del "proyecto secreto" un loco decía que los quiebres pueden traer cosas buenas o malas.. ya, perfecto, y nada, no se puede saber, porque es la dinámica del destino. Es la mística del aprendizaje, una cajita de pandora.
Debe ser porque no me gusta sufrir. Le hago el quite. Me arranco de cualquier "sospechoso momento de felicidad", porque en cualquier momento vendrá...EL SUNAMI. (la Javo, en un sueño que tuvo, me rescató de uno), y con eso el caos, la angustia, los porrazos y la reposición de rigor: "Hay que rehacerse nuevamente", " empecemos de cero otra vez"...
Pendejadas. mmm ,demás, a estas alturas he pasado por más de un sunami y sigo viva, entera, hasta más choora. Coqueteando muy de cerca con los paradigmas más acérrimos, pero más buena que un pan...
Pero los quiebres y sus sinónimos, derivaciones y multiplicaciones son encantadores, atractivos. Como el típico mino que te hace pésimo pero te envuelve en sus redes seductoras (¿?). Hay que romper huevos para hacer tortillas, hay que romper esquemas, quebrar estructuras. bailar con la fea, tocar fondo, llegar al techo..porque hay que huir de lo plano, de lo parejo, de lo polight. De que si lo hacen todos está bien... no poh. Me niego profundamente!!! basta de uniformidades, déjemos de correr tupidos velos.
MMM.. ya, a los adoles-centes les puedes vender todas esas frasecillas. Pero igual, no le quitemos crédito, no nos gravicemos porque ahora tenemos "otras preocupaciones". Hay que seguir en la búsqueda, mostrar lo que hay dentro. Chasconearse un poco..
curioso: pero cada vez que lo he hecho, me he agarrado más de algún anticuerpo.
en fin. El proyecto es el "Quiebre" y ojalá a sí sea.
amén.