32 días
Que he padecido 3 males diferentes: Angustia, pánico y diversas cepas del virus mutante. Creí que iba a morir a los 9 cuando se reventó mi apéndice y me llevaron "a tiempo, antes de lamentarlo" a la clínica, que doy por hecho que mi vieja estuvo pagando hasta que salí de 4to medio.
O esa a vez a los 35 que me dio alergia una anestesia y vomité tanto hasta que vi mi cuerpo encima mío y la sensación de paz, de que si eso era morir...era lo mejor del mundo,
incluso un poco después, a los 37 pero esa era de pura pena.
Y ahora temo morir? Un poco, porque siempre quedan pendientes, porque me falta vida pa hacer todo lo que quiero, y porque ya.. no quiero nomás poh.
Por lo mismo,
32 días de encierro, de desrutinizar, de organizar, de detener y observar. De que ya hice todos los pendientes, además de querer aprender un idioma nuevo (francés en duolingo) y leerme 5 libros y practicar yoga todas las mañanas. Como la vida -tan sabia- me viene preparando para este momento desde junio del año pasado, me he visto leyendo apenas uno, viendo series como zombie, maravillada con mi buena mano pa cocinar (talento ignorado por mas de 25 años), con unas combinaciones de ropa mezcla de Iris Apfel y yincana, con un récord de 6 días sin lavarme el pelo y comenzando mis jornadas vineras a las 13:30 al almuerzo.
Condecorada por la ONU en organizar videollamadas, la Gondry de videos musicales caseros y hacedora de hermosos bloopers porque los tutoriales me quedan fomeques.
Y también me muteo, paso horas sin hablar y ayyyy la de belleza en estar en silencios cómodos solo mirándose.
Otros días no me levanto y me dejo hacer chanchito de tierra, me alejo y retomo, algunos días me encierro en el baño y armo tremendos conciertos.
Hace 32 días que me dejo (y me potencian) ser todas las que soy, luces, sombras, risas y llantos. Acá no hay donde esconder nada.
Hace 32 días que doña incertidumbre está instalada en el living. Varios de esos la ignoro, sigo de largo, hasta desprecios le hago,
y otros - la gran mayoría- le ofrezco mi caja de tecitos finos para que se tome uno con algo dulce y llevemos esta fiesta (que ha sido super larga) en paz...
O esa a vez a los 35 que me dio alergia una anestesia y vomité tanto hasta que vi mi cuerpo encima mío y la sensación de paz, de que si eso era morir...era lo mejor del mundo,
incluso un poco después, a los 37 pero esa era de pura pena.
Y ahora temo morir? Un poco, porque siempre quedan pendientes, porque me falta vida pa hacer todo lo que quiero, y porque ya.. no quiero nomás poh.
Por lo mismo,
32 días de encierro, de desrutinizar, de organizar, de detener y observar. De que ya hice todos los pendientes, además de querer aprender un idioma nuevo (francés en duolingo) y leerme 5 libros y practicar yoga todas las mañanas. Como la vida -tan sabia- me viene preparando para este momento desde junio del año pasado, me he visto leyendo apenas uno, viendo series como zombie, maravillada con mi buena mano pa cocinar (talento ignorado por mas de 25 años), con unas combinaciones de ropa mezcla de Iris Apfel y yincana, con un récord de 6 días sin lavarme el pelo y comenzando mis jornadas vineras a las 13:30 al almuerzo.
Condecorada por la ONU en organizar videollamadas, la Gondry de videos musicales caseros y hacedora de hermosos bloopers porque los tutoriales me quedan fomeques.
Y también me muteo, paso horas sin hablar y ayyyy la de belleza en estar en silencios cómodos solo mirándose.
Otros días no me levanto y me dejo hacer chanchito de tierra, me alejo y retomo, algunos días me encierro en el baño y armo tremendos conciertos.
Hace 32 días que me dejo (y me potencian) ser todas las que soy, luces, sombras, risas y llantos. Acá no hay donde esconder nada.
Hace 32 días que doña incertidumbre está instalada en el living. Varios de esos la ignoro, sigo de largo, hasta desprecios le hago,
y otros - la gran mayoría- le ofrezco mi caja de tecitos finos para que se tome uno con algo dulce y llevemos esta fiesta (que ha sido super larga) en paz...