Los últimos 30
Que usted ve ahí como un número más, no serán más que algunas velas en la torta o un gran signo de interrogación que se sopla al ritmo de 3 pensados deseos.
Los últimos 30 traen un artefacto de resúmenes, balances, lo bueno, lo malo, los pendientes y lo aprendido. Y en honor a la verdad, yo ni sé donde me pillan. Pero sí sé donde ya NO estoy y eso me da profunda contentura.
Tampoco me daré (ni a ustedes) la lata de enumerar y hacer listas de lo vivído estos pasados años y, aunque las amo con la vida, declino en esta pasada. Porque siempre falta algo por hacer y siempre siempre sobra algo que no se debió hacer.
Los últimos 30 son un término de ciclo, hay un cierre, un corte, pero es simbólico.
Sabemos que nada grave pasará y la mañana siguente será un día como tantos otros.
Pero son los últimos 30 y estoy en mi derecho de querer y desear, y para estos últimos 365 días de este ciclo, pediré sin pudor: quiero más música, quiero seguir conociendo lugares y gente, hacer mi peli o libro, andar más en bici, quiero más picnics a pata pelá, más claridad, quiero jugar y actuar sin reparos, quiero ver crecer la familia, quiero pensar y discutir menos, dejar de esperar que las peras caigan del olmo, histeriquear y ansiar mucho, muuuuuuuuuuuuuuucho menos.
Y quiero también, agradecerles por ser parte (pequeña o grande) de esta loca travesía que divamente llamo vida.
Sin importar en que parte ni en que tiempo su camino se cruzó con el mío, simplemente déjenme decirles MIL GRACIAS!